sábado, 1 de mayo de 2010

Convertir



Intentare hacer lo que se me ordena hacer, cabeza que comanda y azota a mi corazón rebelde por tenerte junto a él, convertiré la ilusión de tus besos en letras, pasare cada segundo de lo no otorgado transmutándolas en fracciones de algo que pueda ser leído pero solo entendido con un sentimiento, dejare que estas vaguen sueltas buscando su propio sentido, ya que el mío se ha convertido en arena en un desierto impío.
Intentare hacer lo que me dicen lo poetas muertos, convertiré tu belleza en palabras, las hare danzar como haces bailar a los ríos junto a ti, quizás de esa manera mi alma no se encerrara en la jaula que conlleva a tan perfecta escultura Fuiste construida por griegos y levada a la vida por dioses, soy el fiel sacerdote de tu silueta, dejando registro en esta roca, predicador maravillado del presente al leer tu posible existencia.
Intentare realizar lo que se me susurra desde el cielo convertiré tu voz y tu mirada en leyendas, de esas que hasta el ser más escéptico se sienta a dudar, que cada ente escuche, oído a odio lo maravilloso de estar junto a ti, como robas la voz y la valentía, no caer en tu voz y quedar hecho de piedra es el reto que solo pocos logran pasar, que en tu mirada no caigan en la locura eterna y se encierren en si mismo viendo esa imagen eternamente pasar.
Convertiré a tu ser en un cuento, que las generaciones narraran de cómo un hombre puede llegar a sufrir y al mismo tiempo amar, que los episodios sean la historia épica de un amor con el mejor final, en el que el poeta deposita su amor en un papel para encerrarlo bajo conjuros del infierno al que se atreva a descubrirlo, dejando su alma vacía para ser devorados por las arpías.
Te escribiré, y con las letras te dibujare, te dejare en este momento, quizás así de ti librarme algún día podre, pero siguen siendo las cartas enviadas al sol infinitas, ya que no te arrancas de mi corazón, maldito reloj de arena que nunca se da vuelta, granos eternos y burlones que no terminan de pasar.
Te convertiré en literatura, como sabiamente menciono Henry Miller, receta dudosa que algún día tendrá que funcionar, y eventualmente te podre olvidar….

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